Aimar Olaizola alcanzó en el Labrit de Pamplona la clasificación para la que será su décima final del Manomanista al imponerse a Danel Elezkano 22-13 en la primera semifinal de esta competición. Olaizola II vuelve a una final después de dos ediciones en las que ha tenido que despedirse del campeonato individual en cuartos de final al encontrarse en esa ronda con los que luego serían los campeones, Irribarria en el 2016 y Bengoetxea VI en el 2017. En la presente campaña y con 20 años cumplidos como profesional, Aimar logra su vigésimo quinta final, décima del Manomanista, con otra lección de sabiduría. El partido, como los otros dos que ha disputado Olaizola en esta competición ante Albisu y Rezusta, empezó con un leve dominio del rival. Dominio que en esta oportunidad duró muy poco ya que Olaizola estableció muy pronto las bases de su victoria. El pase a la final se basó en buscar la mano débil de Elezkano, la derecha, pero encontrando siempre el golpe a los pies, que Danel no pudiese utilizar la volea con la que hace daño aún con la mano derecha. Desarmado de una de sus principales armas Elezkano se encontró en inferioridad ante un adversario que luego golpeó con brillo. Olaizola no tiene un golpe prodigioso, pero sabe encontrar altura y dirección para poner en apuros a sus rivales. Danel, que a pesar de la eliminación debe estar orgulloso de la temporada, finalista en el Parejas y brillante semifinalista en el individual, se tuvo que rendir ante la lección magistral de Olaizola.